Código de barras para identificar especies
Unos 350 expertos de 50 países están reunidos en México para acordar un nuevo sistema de identificación de especies.
Se trata de un código de barras de ADN que dará a cada planta y animal del planeta un huella genética única.
La tecnología -promovida por el Consorcio del Código de Barras de la Vida (CBOL) que reúne a diversas instituciones científicas- ya está siendo aplicada en varios campos, desde la investigación médica y agrícola hasta la conservación de especies en extinción y prevención de delitos como contrabando y comercio ilegal de especies.
"El código de barras es una estrategia que se está experimentando desde 2003" dijo a BBC Ciencia el doctor Alejandro Zaldivar investigador de la colección nacional de insectos del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los organizadores de la conferencia.
"El método tradicional para identificar a las especies del planeta consiste en analizar la morfología de los animales o plantas. Pero como la biodiversidad global es enorme muchas veces este método no ha sido práctico", dice el científico.
Rápido y preciso
"El código de barras es una herramienta que nos permite acelerar el proceso de identificación de especies. Porque con la secuencia de un pequeño fragmento del ADN del ejemplar podemos saber de qué especie se trata", agrega.
Los expertos reunidos en México, en el tercer congreso internacional del Proyecto, están discutiendo las aplicaciones más recientes de la tecnología y formas de establecer un sistema de monitoreo de especies más confiable.
Tal como señala el doctor Zaldivar, los científicos mexicanos están involucrados en una red para establecer los códigos de barras de grupos taxonómicos clave, como árboles, hongos, abejas e insectos acuáticos.
La tarea de los investigadores en esta "nueva ciencia" es, en animales, secuenciar una pequeña región del ADN en la mitocondria, una estructura ubicada fuera del núcleo en las células de animales multicelulares.
Una vez que se extrae la información, se agrega a la base de datos global del Proyecto Internacional del Código de Barras de la Vida que puede ser consultada por científicos en todo el mundo.
Los científicos acordaron en 2003 elegir ese fragmento específico del ADN porque contiene información importante que permite diferenciar a las especies, incluso las estrechamente relacionadas.
Identificación de plantas
Ahora en la reunión de México se espera llegar a un acuerdo similar sobre cómo utilizar esta tecnología en la identificación de plantas, algo que hasta ahora no ha funcionado.
Para obtener un código de barras de ADN de las plantas, los científicos tienen que identificar primero una región que ofrezca -como en el caso de los animales- información importante para identificar a especies cercanas.
Además tiene que ser fácil de procesar y estar disponible en material degradado.
Hasta ahora se han estudiado siete códigos de barras potenciales, y se han seleccionado dos posibilidades que serán presentadas en el congreso.
Según los investigadores, un acuerdo sobre la mejor forma de identificar a especies de plantas permitirá, entre otras aplicaciones, establecer normas contra el comercio ilegal de madera y lograr una mejor regulación de la medicina herbolaria.
La madera que se extrae de forma ilegal a menudo es procesada en la fabricación de mobiliario antes de ser enviada al extranjero, lo cual dificulta mucho el análisis de su origen.
Con un código de barras de ADN, dicen los científicos, se podrá establecer de forma rápida y precisa si la madera proviene de una fuente legítima.
La tecnología también podrá conducir a un uso mucho más efectivo de recursos cuando se trata de enfrentar problemas como pestes o propagación de enfermedades en cultivos.
Con un código de barras ya no será necesario esperar a que un botánico especialista examine la muestra para poder obtener una identificación precisa de la especie.
El Proyecto Internacional de Código de Barras de la Vida planea catalogar cinco millones de especímenes de 500.000 especies en los próximos cinco años.
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