Un grupo de ingenieros del Vienna Institute of Technology dice haber creado la impresora 3D más pequeña del mundo, que además sería tan liviana y barata que podría abrirle la puerta a las impresoras 3D domésticas. Así que quizás ya queda poco para que puedas imprimir tus propias figuritas de acción en tu hogar.
Las impresoras 3D se han usado para hacer cosas grandes como autos, pero también hay gente interesada en crear versiones pequeñas, que puedan ser adquiridas por las personas comunes y corrientes. La impresora austriaca funcionaría con un tipo especial de resina sintética que se endurece rápidamente usando un rayo de luz. De este modo se puede imprimir objetos bastante intrincados y durables.
El prototipo, según los ingenieros, “no es más grande que una caja de leche” y pesa 1,4 kilos. Podría venderse por US$1.700, que es bastante dinero, pero si la idea se vuelve popular probablemente se volverá más barato. Todavía no hay indicaciones de que intentarán fabricarla en masa, pero es un buen indicador de que esto se viene en el futuro cercano.