¿Qué tal imprimir una foto de un ramo de flores y disfrutar de su aroma? ¿O ver en televisión un limón jugoso, y poder sentir su olor hasta que se haga agua la boca? Esto ya no parece imposible gracias a algunos avances que ya han dado algunos resultados y que se podrían ver en el mercado en pocos años, entre ellos el de una universidad japonesa que, usando la tecnología actual de las impresoras de inyección de tinta, genera aromas que complementan las imágenes en el computador, el papel o el televisor.
Hasta ahora los intentos por combinar olores con las pantallas no han funcionado, pero Kenichi Okada y sus colegas de la Universidad Keio de Tokio le dijeron a la publicación NewScientist que la tecnología de inyección de tinta puede hacer realidad el sueño. “Estamos usando la capacidad de estas impresoras de expulsar pequeños chorros de material y obtener un control preciso”, le dijo al medio. En palabras simples, Okada y su equipo utilizan impresoras normales provistas por Canon, y remplazan la tinta por 4 sustancias base que, mezcladas, generan olores, y las combinan tal como lo hacen el cian, amarillo, magenta y negro para producir fotografías de alta calidad.
Hasta ahora, los resultados con aromas de limón, lavanda, manzana, vainilla, canela, menta y pomelo han sido positivos. Producir un olor le toma a una impresora 100 milisegundos (la décima parte de un segundo) y, debido al tamaño del chorro de aromas –que se mide en picolitros–, los olores producidos se disipan rápidamente y no se mezclan.
El siguiente paso del proyecto, según Okada, consiste en sincronizar los olores con fotografías, algo que con una adaptación podría lograr la misma impresora. Por lo pronto, los científicos japoneses presentarán su proyecto en la conferencia internacional ACM Multimedia 2010, que se celebrará próximamente en Florencia, Italia.
Más allá de la curiosidad que estos proyectos generan, una tecnología económica y que brindara olores precisos y por el tiempo requerido podría tener aplicaciones variadas, que van desde el entretenimiento –en cine, televisión o Internet, por ejemplo– hasta la salud. El doctor Stephen Brewster, de la Universidad de Glasgow (Inglaterra) le dijo a NewScientist que esta tecnología podría usarse con pacientes de algunos tipos de demencia, para que los olores les recuerden la necesidad de comer o de tomarse sus pastillas, algo que ya se hace en medicina pero con sistemas rudimentarios, como ventiladores que soplan sobre una infusión para generar los olores. Necesitamos una mejor manera de hacerlo, y ésta puede ser
Hasta ahora, el olor sólo ha traído fracasos.
En Japón, los desarrollos orientados al sentido del olfato no son nuevos: desde los años 60 se probaron sistemas como AromaRama y Smell-O-Vision en algunos teatros de cine, y que empleaba los sistemas de aire acondicionado y ruidosos equipos para expeler olores de acuerdo con algunas escenas. Éstos fueron un fiasco por el ruido y porque los olores permanecían mucho tiempo y se mezclaban entre sí.
Hace unos 4 años, con los avances de la tecnología informática, la firma NTT Communications intentó resucitar este viejo sueño, con aceptables resultados en cuanto a la sincronización de las imágenes y los olores. Sin embargo, el olor en el cine no ha tenido la acogida esperada, en parte porque todavía no ha llegado a la precisión esperada en los aromas, pero sobre todo, porque no todos los olores agradan a los asistentes, y algunos de ellos, incluso agradables como los de flores o pasto, pueden causar alergias.
También surgieron productos fallidos más allá de las pantallas de cine, como el DigiScent iSmell, que prometía llevar los olores al computador, pero los resultados fueron tan pobres que hasta CNET lo clasificó como uno de los peores productos de la década pasada.
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