10 de junio de 2020

La factura por dos décadas de medidas destinadas a estimular se venció


El Financial Times hizo que mi carta sobre los riesgos ahora asociados con el estímulo del banco central fuera su carta principal

Uno tiene que estar de acuerdo con su editorial en que la deflación ahora es probablemente inevitable ("La deflación genera un miedo más grande que la hiperinflación", FT View, 28 de abril). Pero sigue siendo decepcionante ver que el papel de los bancos centrales en turbo alimentar su desarrollo continúa siendo ignorado.

Uno aprecia que ellos siguen casados ​​con la teoría no comprobada de Milton Friedman de que "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario". Pero parecería lógico al menos tener en cuenta que dos décadas de política de estímulo no solo no han logrado crear la inflación prometida, sino que también nos dejaron con enormes montañas de deuda deflacionaria que nunca se podrá pagar.

Su argumento de que la política monetaria, más que la demografía, ha sido responsable del extraordinario período de crecimiento de la posguerra parece igualmente extraño. La expansión económica seguramente fue inevitable dado que la población mundial se ha triplicado de 2.500 millones en 1950 a 7.800 millones de personas en la actualidad, según datos de la ONU, mientras que los baby boomers occidentales ya eran la generación más grande y más rica de la historia mucho antes de que se inventara esta política.

El problema es que la factura por este error ya ha vencido. El aumento de la esperanza de vida significa que los boomers ya no están muriendo alrededor de la edad de jubilación como en 1950, y en cambio están creando una cohorte completamente nueva de "Perennes". Sin embargo, inevitablemente, su contribución al crecimiento es mucho mas reducida, en la medida que ya poseen la mayor parte de lo que necesitan, y sus ingresos se reducen a medida que se jubilan.

Por lo tanto, el estímulo del banco central ha sido en efecto un intento destinado a fabricar bebés, como amablemente me has permitido argumentar aquí antes. Uno acepta que bien puede ser demasiado tarde para evitar la catástrofe económica que nos espera como resultado. Pero nunca lo sabremos si permitimos que los capitanes actuales del Titanic continúen obstinadamente en su curso actual sin que reclamemos.

Paul Hodges
Chairman, International eChem
http://www.thephreport.com
03 Mayo 2020

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