23 de noviembre de 2010

Suecia está dispuesta a asistir a Chile en el diseño de ecobarrios

Lunes 15 de Noviembre de 2010
Richard García - El Mercurio


El ahorro de recursos naturales, la reducción de los costos de mantenimiento, el reciclaje efectivo de la basura y una mejor calidad de vida son los principales objetivos de Symbiocity, un enfoque de desarrollo urbano sustentable que la oficina comercial del gobierno de Suecia promueve a través del mundo desde principios de esta década.
Lo de Symbiocity viene de simbiosis, que significa integrar dos o más organismos en una unión mutuamente beneficiosa. En este caso, la simbiosis debe darse en los distintos sistemas tecnológicos urbanos, explica el arquitecto Hans Lundberg, quien presentó el miércoles, durante casi dos horas, su modelo de desarrollo en la Escuela de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez.

"Por ejemplo, gran parte de la basura se puede separar y reciclar. A partir de los residuos orgánicos de restaurantes y hogares o de las aguas servidas se puede producir biogás. A su vez, el biogás contiene metano, que se puede emplear para calefacción, cocinar y producir electricidad o combustible para la red de transporte. Incluso el residuo se puede utilizar como fertilizante agrícola", detalla el profesional.

Calor en vez de basura
Otras aristas del modelo Symbiocity incluyen la incineración de parte de la basura para producir calor y devolverlo por tuberías a las áreas residenciales, el uso de energías no convencionales para generar calor y electricidad, y sistemas de aislación eficientes, como las ventanas triple vidrio.
Lundberg admite que la experiencia de Symbiocity no es replicable en grandes ciudades, sino que en barrios específicos, preferentemente nuevos, pero que también podría aplicarse en áreas de algunas de las ciudades más afectadas por el terremoto de febrero pasado. "Un punto de partida puede ser adoptar una visión sustentable. Cada ciudad ya tiene planes de lo que le gustaría restaurar. Es lo correcto, pero lo puede hacer en otra dirección. No estamos diciendo 'ponga esta nueva ciudad en su lugar', sino que podemos asistirlo en su planeación, chequear los problemas de congestión, evitar que entren muchos autos al centro o hacerlo más verde. Hay muchos aspectos en los que podemos ayudar paso a paso, como una asesoría".
Plantea que esta lógica se podría dar en áreas de Concepción, Talcahuano y Talca.
Lo que detiene a las autoridades, dice, es un tema financiero. "La pregunta aquí es quién debe poner los fondos, cuánto debe ser de origen público y cuánto privado. Pero si quiero hacer algo mejor de lo que había, debo invertir. Es un poco más que lo normal, pero a largo plazo tiene buen retorno".
Estima que en el caso de Concepción se requeriría de unos 120 mil euros para empezar a trabajar.
En el caso del manejo de la basura, reconoce que en nuestro país el principal problema es que todavía llevamos los desperdicios a vertederos y casi no nos hacemos cargo de ellos. "El desafío de Chile es encontrar un sistema eficiente de distribución de la basura para su posterior reciclaje", dice.
En el nuevo barrio de Hammarby, en Estocolmo, existe una red de tuberías neumáticas que permiten el rápido traslado de los desperdicios a centros de distribución de la basura y a los diferentes puntos de reciclaje o incineración. Acá, para comenzar, dice, es necesario enseñar a la gente a que arroje sus desperdicios en los depósitos diferenciados con colores.

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