El surgimiento de infecciones resistentes a los antibióticos está llegando a niveles sin precedentes y nos estamos quedando sin medicamentos efectivos para combatirlas.
Ése es el mensaje de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que advierte que "el mundo está a punto de perder sus curas milagrosas": los antibióticos.
Según el organismo se requieren "medidas globales concertadas y urgentes de gobiernos, profesionales de la salud, industria y sociedad civil para volver más lenta la propagación de la resistencia a estos fármacos".
"El mundo se está dirigiendo hacia una era postantibiótico, en la cual muchas infecciones comunes ya no podrá curarse y, una vez más, comenzarán a matar con toda su fuerza", expresa la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Nueva guerra
Cuando los antibióticos -los compuestos capaces de matar o disminuir el crecimiento de las bacterias- fueron descubiertos a fines del siglo XIX, el tratamiento y control de las infecciones cambió a la medicina y la historia humana.
Las enfermedades que entonces causaban enorme devastación y muerte, como la lepra, tuberculosis, gonorrea y sífilis, pudieron curarse con estos fármacos antimicrobianos.
Ahora sin embargo, la guerra contra algunas de las infecciones más mortales, como la tuberculosis, parece haber vuelto a tomar fuerza debido al surgimiento de nuevas cepas resistentes a los medicamentos disponibles.
Según la OMS, el año pasado surgieron unos 440.000 nuevos casos de tuberculosis mutliresistente, y la forma ultraresistente de la tuberculosis ha sido detectada en 69 países.
Asimismo, dice la organización, el mundo cada vez cuenta con menos opciones para tratar la gonorrea y la shigelosis (una forma de disentería).
También están las letales infecciones de las llamadas superbacterias que se contraen por lo general en los hospitales y que pueden ser mortales porque la dificultad para tratarlas.
Esta tendencia, como dijo a la BBC el doctor Mario Raviglione de la OMS, es muy preocupante y en parte ha sido causada por el mal uso (tanto exceso de uso como uso inadecuado) que ha hecho la humanidad con los antibióticos.
"Éste es un fenómeno creado por el hombre" explica el especialista.
"Porque cada vez que usamos un fármaco que mata a las bacterias, siempre hay, entre los millones de cepas que pueden tener estos microbios, una que puede mutar y resistir el ataque de este antibiótico".
"Así que el fármaco puede matar a la gran mayoría de esos microbios pero ciertamente la cepa resistente no muere y el sistema inmune no puede atacarla. Y esa cepa puede crecer".
Esa cepa eventualmente puede multiplicarse hasta reemplazar a todas las cepas no resistentes.
Con cada nueva generación, el microorganismo genéticamente resistente se vuelve más dominante lo cual provoca una reinicidencia de la enfermedad, hasta que los antibióticos se vuelven completamente inefectivos.
"Ésta es la selección natural de las bacterias, la forma con la cual se aseguran de sobrevivir", dice el doctor Raviglione.
Poca investigación
Aunque la industria farmacéutica también ha ido avanzando, no ha logrado hasta ahora ganarle la carrera a los microorganismos.
"A través de la historia el hombre ha respondido a esta lucha desarrollando nuevos antibióticos para combatir a cada nueva cepa resistente que ha ido surgiendo", explica el doctor Raviglione a la BBC.
"El problema hoy en día es que estamos viendo un 'cuello de botella' en la investigación y desarrollo de antibióticos".
Según la OMS, actualmente menos del 5% de los productos en investigación farmacéutica son antibióticos.
Además de la tuberculosis multiresistente, otro problema particularmente grave por la falta de fármacos efectivos es el de las "superbacterias".
Tan sólo en Europa más de 25.000 personas están muriendo cada año debido a infecciones de superbacterias, imposibles de tratar incluso con los antibióticos más nuevos.
Y continúan detectándose nuevas cepas de estos microorganismos.
Un estudio publicado esta semana en The Lancet informa que una nueva bacteria resistente a antibióticos, llamada NDM-1, fue detectada en las redes de agua potable de Nueva Delhi.
Según los investigadores de la Universidad de Cardiff, Gales, ésta es la primera evidencia que se tiene de una propagación ambiental de la NDM-1, que hasta ahora sólo se había visto en hospitales.
La NDM-1, que también se ha detectado en pacientes en el Reino Unido, parece resistir a todos los fármacos disponibles, incluidos los antibióticos carbapenemos, lo cual -dicen los expertos- es muy preocupante porque éstos son una de las armas más poderosas con que se cuenta.
Según el doctor Timothy Walsh, quien dirigió el estudio, el hecho de que el NDM-1 se haya encontrado en los abastecimientos de agua significa que millones de personas podrían ser portadoras de esta bacteria, que causa disentería y cólera y que puede fácilmente contagiarse de persona a persona.
El investigador está pidiendo a las autoridades sanitarias en todo el mundo tomar medidas urgentes para combatir las nuevas cepas de superbacterias y prevenir su propagación global.
Las cepas resistentes son muy difíciles de tratar con los antibióticos disponibles.
Ése es el mensaje de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que advierte que "el mundo está a punto de perder sus curas milagrosas": los antibióticos.
Según el organismo se requieren "medidas globales concertadas y urgentes de gobiernos, profesionales de la salud, industria y sociedad civil para volver más lenta la propagación de la resistencia a estos fármacos".
"El mundo se está dirigiendo hacia una era postantibiótico, en la cual muchas infecciones comunes ya no podrá curarse y, una vez más, comenzarán a matar con toda su fuerza", expresa la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Nueva guerra
Cuando los antibióticos -los compuestos capaces de matar o disminuir el crecimiento de las bacterias- fueron descubiertos a fines del siglo XIX, el tratamiento y control de las infecciones cambió a la medicina y la historia humana.
Las enfermedades que entonces causaban enorme devastación y muerte, como la lepra, tuberculosis, gonorrea y sífilis, pudieron curarse con estos fármacos antimicrobianos.
Ahora sin embargo, la guerra contra algunas de las infecciones más mortales, como la tuberculosis, parece haber vuelto a tomar fuerza debido al surgimiento de nuevas cepas resistentes a los medicamentos disponibles.
Según la OMS, el año pasado surgieron unos 440.000 nuevos casos de tuberculosis mutliresistente, y la forma ultraresistente de la tuberculosis ha sido detectada en 69 países.
"El mundo se está dirigiendo hacia una era postantibiótico, en la cual muchas infecciones comunes ya no podrá curarse y, una vez más, comenzarán a matar con toda su fuerza"
Margaret Chan
Asimismo, dice la organización, el mundo cada vez cuenta con menos opciones para tratar la gonorrea y la shigelosis (una forma de disentería).
También están las letales infecciones de las llamadas superbacterias que se contraen por lo general en los hospitales y que pueden ser mortales porque la dificultad para tratarlas.
Esta tendencia, como dijo a la BBC el doctor Mario Raviglione de la OMS, es muy preocupante y en parte ha sido causada por el mal uso (tanto exceso de uso como uso inadecuado) que ha hecho la humanidad con los antibióticos.
"Éste es un fenómeno creado por el hombre" explica el especialista.
"Porque cada vez que usamos un fármaco que mata a las bacterias, siempre hay, entre los millones de cepas que pueden tener estos microbios, una que puede mutar y resistir el ataque de este antibiótico".
"Así que el fármaco puede matar a la gran mayoría de esos microbios pero ciertamente la cepa resistente no muere y el sistema inmune no puede atacarla. Y esa cepa puede crecer".
Esa cepa eventualmente puede multiplicarse hasta reemplazar a todas las cepas no resistentes.
Con cada nueva generación, el microorganismo genéticamente resistente se vuelve más dominante lo cual provoca una reinicidencia de la enfermedad, hasta que los antibióticos se vuelven completamente inefectivos.
"Ésta es la selección natural de las bacterias, la forma con la cual se aseguran de sobrevivir", dice el doctor Raviglione.
Poca investigación
Aunque la industria farmacéutica también ha ido avanzando, no ha logrado hasta ahora ganarle la carrera a los microorganismos.
"A través de la historia el hombre ha respondido a esta lucha desarrollando nuevos antibióticos para combatir a cada nueva cepa resistente que ha ido surgiendo", explica el doctor Raviglione a la BBC.
Sólo 5% de los productos en investigación farmacéutica son antibióticos.
"El problema hoy en día es que estamos viendo un 'cuello de botella' en la investigación y desarrollo de antibióticos".
Según la OMS, actualmente menos del 5% de los productos en investigación farmacéutica son antibióticos.
Además de la tuberculosis multiresistente, otro problema particularmente grave por la falta de fármacos efectivos es el de las "superbacterias".
Tan sólo en Europa más de 25.000 personas están muriendo cada año debido a infecciones de superbacterias, imposibles de tratar incluso con los antibióticos más nuevos.
Y continúan detectándose nuevas cepas de estos microorganismos.
Un estudio publicado esta semana en The Lancet informa que una nueva bacteria resistente a antibióticos, llamada NDM-1, fue detectada en las redes de agua potable de Nueva Delhi.
Según los investigadores de la Universidad de Cardiff, Gales, ésta es la primera evidencia que se tiene de una propagación ambiental de la NDM-1, que hasta ahora sólo se había visto en hospitales.
La NDM-1, que también se ha detectado en pacientes en el Reino Unido, parece resistir a todos los fármacos disponibles, incluidos los antibióticos carbapenemos, lo cual -dicen los expertos- es muy preocupante porque éstos son una de las armas más poderosas con que se cuenta.
Según el doctor Timothy Walsh, quien dirigió el estudio, el hecho de que el NDM-1 se haya encontrado en los abastecimientos de agua significa que millones de personas podrían ser portadoras de esta bacteria, que causa disentería y cólera y que puede fácilmente contagiarse de persona a persona.
El investigador está pidiendo a las autoridades sanitarias en todo el mundo tomar medidas urgentes para combatir las nuevas cepas de superbacterias y prevenir su propagación global.
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