31 de marzo de 2012

Nuevas trusas para incontinencia urinaria son mas seguras de usar en la vida diaria

La población está envejeciendo, por lo que la sociedad cada vez más tiene que lidiar con las quejas relacionadas con la edad y sus efectos. La incontinencia es un problema frecuente y desagradable a menudo, pero no únicamente, experimentado por los ancianos. Va desde la forma leve de la incontinencia por unas gotas hasta la una pérdida completa de control de la vejiga. Aunque los pañales o toallas sanitarias especiales absorbentes pueden ser de ayuda, estas se pueden a menudo ver debajo de la ropa o se dejan de usar por el sonido que hacen durante los movimientos. Los afectados también se encuentran la sensación de humedad, el enfriamiento asociado a este, y el olor de la orina desagradables.

Una idea para reducir al mínimo los efectos de este irritante problema fue ideado por Peter Gloor, quien ha estado trabajando en este campo desde hace 20 años y ha aprendido mucho acerca de las necesidades y deseos de las personas afectadas a través de sus socios de distribución. El contactó a Markus Weder investigador de Empa del laboratorio «Protección y Fisiología» quien le ayudó a darse cuenta de su idea.

En concreto, la idea era desarrollar una almohadilla reutilizable que funciona de acuerdo con lo que se conoce como el «principio de cascada». Esto significa que la orina pasa lejos del cuerpo a través de tejido espaciador dentro de una capa absorbente. Esto evita el enfriamiento, y no hay sensación de humedad desde que el líquido no regresa a la piel de nuevo una vez que se absorbe.

Al menos esa es la teoría - en la práctica, el primer diseño fallo ya que la orina fue absorbida y retenida por el mismo tejido espaciador hidrofílico, así que no pudo pasarlo a la capa absorbente.

Un ingenioso sistema para un problema delicado
Fue entonces claro que el tejido espaciador hidrofóbico tendría que ser utilizado. La tela por si misma no debería absorber líquido, de modo que se sienta seca. Esta esta cubierta con agujeros, a través de los cuales las gotas fluyen con el fin de ser capturadas por la capa absorbente de abajo. «No fue fácil encontrar los agujeros del tamaño adecuado. Si los agujeros son demasiado pequeños, las gotas de orina no puede fluir a través de ellos y entonces se mantienen encima de la tela espaciadora, explica Weder.

El equipo de Empa midió el efecto de la almohadilla con una cámara infrarroja. La almohadilla hidrofóbica sólo se enfrió en un grado y todavía estaba caliente en alrededor de 30 grados, lo que fue calificado como agradable en las pruebas con sujetos que proporcionaron información sobre sus evaluaciones subjetivas. Además, se pueden insertar varios absorbentes dentro de la "tapa de la almohadilla» con el tejido espaciador - ambos reutilizables y rentables toallas sanitarias desechables. La cubierta también puede ser lavada y reutilizada.

La almohadilla, sin embargo, no proporciona una protección del 100% a las fugas; ya que no disponen de "puños", tales como las que se encuentran en los pañales, el líquido puede "desbordarse" si hay grandes cantidades de orina. Para resolver este problema, Weder y su equipo han desarrollado calzoncillos transpirables, ajustados, similares a los pantalones cortos de deporte, que se puede usar debajo de la ropa todos los días. Una membrana impermeable impide que la orina se escape. Sólo el vapor de agua se difunde a través de ellos, permitiendo así a las trusas secarse lentamente. Esto reduce la cantidad de olor que se escapa.

    Las recientemente
    desarrolladas truzas
    para incontinencia
    son discretas, pero
    si proporcionan
    seguridad
    Alpha Galileo 27 Febrero 2012

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