16 de diciembre de 2009

Filtraciones de los envases a los alimentos: ¿peligrosas o insignificantes?

Énfasis Packaging Online
07-12-2009 12:20:04



Desde que el 70% de los alimentos están en contacto con plásticos en algún momento de su trayecto desde el campo hasta la mesa de un hogar, es obvio que estos polímeros y sintéticos son los villanos más comunes. Pero, ¿Es cierta su incidencia en la salud humana?

Ya no se trata de averiguar si los componentes del packaging se filtran en el producto, sino en qué cantidad esto ocurre. Con instrumentos analíticos y protocolos, podemos cuantificar las migraciones, pero, por el momento, no podemos saber con seguridad los efectos en el cuerpo humano de cada entidad que llamamos químico.
Las filtraciones pueden venir de diferentes fuentes: de los químicos del material de envasado, de los bloques de monómeros, de los químicos intencionalmente agregados para mejorar su funcionalidad, de los incidentes ocurridos durante la distribución, de los procesos, etc. Todo es sospechoso porque, de acuerdo con el conocimiento colectivo, todos los químicos son adversos y peligrosos.
Regulación de filtraciones
La Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos siempre ha impuesto regulaciones sobre los materiales de envasado y sus ingredientes y adjuntos que están en contacto con los alimentos. La FDA publica habitualmente una lista extensa de materiales de envasado que pueden estar en contacto con alimentos, de acuerdo a los resultados científicos sobre niveles de filtración y el daño potencial que pueden causar en el cuerpo humano.
Entre ellas, incluye reglas relacionadas con las condiciones medioambientales para su uso, como el calor del microondas, montos que pueden ser transferidos desde el envase hacia el alimento en condiciones normales, etc. Se asume que no existe la migración cero y que todos los químicos, incluso aquellos que se utilizan en los alimentos, tienen un nivel de toxicidad.
Los químicos más cuestionados
Bisphenol A: El BPA es un policarbonato que se utiliza para fabricar los elementos de protección de deportes como el fútbol, el hockey y el baseball, pero también para elaborar dispensers de agua, botellas usadas por el personal de seguridad de los aeropuertos, etc., pero raramente utilizada a diario. El BPA es también un componente de las resinas epoxi utilizadas en el interior de las latas de metal.
Se dice que el BPA es un distorsionador del sistema endocrino del cuerpo humano y que es responsable de desórdenes físicos que incluyen la obesidad, el cáncer de próstata y la diabetes, incluso en registros de una parte por billón.
Los debates sobre los efectos del BPA abundan en papers, sitios de Internet, noticias y en oficinas de legislación y regulación. Por ejemplo, Canadá prohibió e uso de BPA en mamaderas, mientras que California levantó una prohibición sobre su uso. La FDA está estudiando el tema y prometió tener respuestas este año.
Monómeros y polímeros: Antes del BPA fueron los monómeros acrilonítricos los acusados de ser cancerígenos. Hasta 1977 fueron utilizados en las bebidas carbonatadas y en las botellas de cerveza. Otros materiales señalados como causantes de enfermedades son el monómero de vinilo clorhídrico, utilizado en envases de licores y aguas durante los ‘60, los plásticos de film PVC (usados hoy en día para el envasado de carne), el PVDC por su hidrógeno clorhídrico, los antioxidantes fenólicos en polietileno; las barreras grasas de fluorcarbono; los separadores de hamburguesas; y los adhesivos de los envases de pochoclos aptos para microondas, que se filtran en altas temperaturas.
Los reguladores oficiales, atendiendo la enseñanza de toxicólogos profesionales, permitieron la aplicación de estos plásticos comerciales en los contenedores de alimentos. Incluso el vidrio filtra minerales, un tema probado durante investigaciones realizadas en los ‘70 que buscaban destacar los ventajas del plástico versus el vidrio para el envasado de bebidas carbonatadas. Además, los frascos y envases de vidrio requieren sistemas de cierre que habitualmente son de plástico o caucho, compuesto por químicos como la N-nitrosaminas y carbono negro, que contiene hidrocarburos aromáticos polinucleares, que son cancerígenos. Por otro lado, los recubrimientos para vidrio también se aplican para la protección de filtraciones en plásticos.
Tintas y protectores: Las tintas y recubrimientos se utilizan alejados de los alimentos para proteger y decorar los envases. La aplicación externa de químicos toca la superficie interna del plástico en el papel y esa pequeña cantidad de elemento puede ser transferido al producto envasado. Simultáneamente, las tintas de impresión, llamadas protectoras son capases de migrar de casi todos los envases plásticos, especialmente los porosos y films microperforados o plásticos poliolefínicos.
Los procesos de esterilización, como la radición gamma, puede producir cambios químicos en el packaging como y en el producto, como los aclarantes de café, frutas y mezclas de helados. Y también están el óxido etileno y los esterilizantes a vapor.
¿Cuáles son las soluciones?
Si asumimos que la filtración de químicos desde el envase hacia los alimentos es una amenaza para la existencia del ser humano, entonces debemos actuar. Una línea de cuestionamiento: los datos sobre epidemias y sus correlaciones son fascinantes en los estudios estadísticos. El consumo de maíz con alta fructosa también fue relacionada con los problemas que causa el BPA. ¿Son estas dos fuentes las causas de todos nuestros males? ¿O pueden estar los alimentos procesados o los químicos también implicados? Qué tipo de alimentos consumimos en generaciones anteriores cuando vivíamos un promedio de 30 años en dietas de frutas y verduras crecidas naturalmente o cuando reservábamos alimentos en latas y frascos que contenían aditivos químicos como sodio clorhídrico, alcohol etílico, acido acético, etc.
¿Cuáles serán los resultados del contenido químico de la comida sin procesar, cuando los registros se escriban con análisis alimenticios del siglo 21 o al menos de la historia reciente? ¿Cuáles de estos ejemplos de comida sin procesar son puros y libres de todos estos químicos tan nombrados?
Por un lado, aprendemos que la sacarosa pura no es tan buena como el jarabe de caña, el que en mi juventud era llamado melaza, una mezcla de contaminantes del proceso. Por otra parte, leímos que los fragmentos etílicos también ayudan a la respiración de la fruta cuando la estructura de polietileno no es muy buena. ¿Cuales de estos alimentos están libres de contaminantes de la misma fuente y entorno que molestan a nuestros paquetes de comida?
Hoy, nuestras alternativas a los migrantes potenciales parecen residir en los polímeros de hidrocarburo que son mayormente condenados aun cuando proporcionan la protección de un ambiente natural hostil.

Basado en texto de Aaron L. Brody, Ph.D., Contributing Editor, President and CEO, Packaging/Brody Inc., Duluth, Ga.,and Adjunct Professor, University of Georgia. Publicado en el sitio delInstituto de Tecnología Alimentaria: www. ift.org

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