Chile trató de comprar gas desde Argentina, pero su vecino con el tiempo renego de sus contratos. Ha construido dos plantas de gas natural licuado (GNL), que han ayudado un poco, pero el GNL es caro. El gobierno ha jugado con la idea de ir a energia nuclear, pero el tsunami de Japón del año pasado dio al traste con esa idea. La importación de gas desde los energéticamente ricos, Bolivia o Perú no será una opción hasta que los tres países resuelvan sus disputas fronterizas.
Eso deja a la hidroelectricidad como una de las pocas alternativas realistas. Los caudalosos ríos del sur de Chile ya proporcionan el 40% de la electricidad del país. La gran esperanza para el futuro es HidroAysén, un plan para construir cinco represas en dos cursos de agua de la Patagonia . Se generaría más de 18.000 gigavatios-hora de electricidad al año, alrededor de un tercio del consumo actual. Sin embargo, también se requiere la inundación de 5,900 hectáreas (14,600 acres) de tierras vírgenes.
Los ecologistas odian el proyecto y han instado a sus propietarios, Endesa España y Colbún de Chile, reevaluarlo. El 30 de mayo ellos ganaron una pequeña victoria: Colbún dijo que dejaria de buscar la aprobación de una línea de transmisión para conectar las represas propuestas con Santiago, 1,800 km (1,100 millas) al norte. Endesa llamó inmediatamente a una reunión de la junta extraordinaria para discutir el futuro de HidroAysén.
Algunas ambientalistas se apresuraron a declarar victoria. Sin embargo, Colbún dijo que estaba motivada no por cuestiones ambientales, sino más bien por la falta de una política energética clara del gobierno. Otras empresas de electricidad están de acuerdo: Rodrigo Castillo, el jefe de la asociación de industrias, dice que el país está viviendo una "crisis de transmisión" de escasez de oferta y altos costos.
A pesar de que Colbún no reveló qué es exactamente lo que quería que el gobierno hiciera antes de continuar con la línea de transmisión, los expertos locales en energía especulan que esta esperando acelerar el proceso de aprobación ambiental, y alentar que el Estado tome un papel más activo en la planificación de la infraestructura eléctrica .
HidroAysén puede que nunca llegue a buen término. El proyecto se ha convertido en una papa caliente política, y sus costos están aumentando rápidamente. Muchos chilenos estaría felices de ver que no se concrete. Pero pocos pueden sugerir alternativas viables para que el país satisfaga sus necesidades energéticas.
G.L. - The Economist, Santiago de Chile
01 Junio 2012
Como todo problema es también una oportunidad, Perú podría venderle energía eléctrica o mejor aun, productos químicos y plásticos producidos con gas natural o derivados de la caña de azúcar al vecino del sur. Pasaría de exportador de materias primas a exportador de productos con valor agregado a precios atractivos para Chile.
Una idea mas alocada seria proponerle a Chile trasladar sus plantas de polietileno y polipropileno a Perú para que tengan un suministro de materia prima mas seguro y competitivo.
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