25 de noviembre de 2009

Del campo a la mesa

Los codigos de barras que permiten a los compradores rastrear sus alimentos hasta el campo
A pesar de su preocupacion por la higiene, el sucio secreto de EUA es que es uno los lugares mas peligrosos para comer en el mundo desarrollado. Cada año, 76 millones de americanos se enferman por comer alimentos contaminados - asombrosamente 26,000 casos por cada 100,000 habitantes. En Inglaterra , donde la gente come mucho menos hamburguesas, generalmente comen afuera con menos frecuencia y compran poca comida lista para calentar, hay 3,400 casos de intoxicacion alimenticia por cada 100,000 habitantes anualmente. Francia es aun mas segura, pues solo tiene 1,200 casos anuales por 100,000 personas.
La mayoria de los casos de intoxicacion son leves, las victimas se recuperan en un dia o dos. Algunas veces, sin embargo, estas enfermedades matan o causan problemas de salud permanentes. En EUA, alrededor de 5,000 personas mueren y adicionalmente 350,000 son hospitalizados cada año como resultado de la intoxicacion. El costo anual para el pais en tratamiento medico y productividad perdida, es mas de $ 35 billones.
AP
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La ola de alarmas alimenticias que se han extendido en EUA en los años recientes, ha causado una crisis en la industria alimenticia avaluada en un trillon de dolares. Uno de los brotes mas conocidos, causado por la virulenta bacteria Escherichia coli O157:H7, sucedio en 1993. Cuatro niños murieron, docenas de personas fueron al hospital con falla renal y cientos mas se enfermaron seriamente despues de comer hamburguesas crudas de la cadena de restaurantes Jack-in-the-Box. Desde entonces, las normas que rigen la venta de carne molida se han reforzado considerablemente. 
Los alimentos mas peligrosos encontrados en los puestos de los mercados callejeros y los estantes de supermercados no son carnes rojas o blancas, sino vegetales y frutas. Esto es porque, a diferencia de la carne molida que es cocinada a alta temperatura para destruir los microorganismos, los vegetales se comen crudos. El brote de O157 del 2006, que mato 5 personas y enfermo a 250 mas, estaba relacionado con espinaca cruda. Mientras tanto, la epidemia mas grande de intoxicacion  en toda la decada - la infeccion de Salmonella del año pasado que tomo 2 vidas, hospitalizo a 250 personas y afecto a 1,300 mas - fue rastreada a traves de la cadena de suministro inicialmente a tomates y luego a chiles jalapeños. Ahora hay dudas respecto a si ellos realmente fueron culpables.
Rastrear la fuente de una infeccion alimenticia es notoriamente dificil. La vasta mayoria de incidentes son transitorios en naturaleza - un baño con fugas, un animal errante, un lapso momentaneo de higiene en el campo o la envasadora. Pero la preocupacion creciente respecto a esta falta de trazabilidad ha empujado a la industria alimenticia, asi como al gobierno de EUA, a tomar accion.
En Octubre 2007, los productores de EUA y Canada unieron fuerzas para lanzar un plan llamado La Iniciativa de Trazabilidad de Vegetales. Este usa codigos de barras para rastrear las frutas y vegetales a traves del sistema de distribucion. Aunque la participacion en este plan particular es voluntaria, esta podria convertirse en obligatoria para proporcionar alguna forma de rastreo. 
Hay un proyecto en el Senado de EUA que podria convertirse en ley antes de fin de año. Si fuera asi, las empresas vendedoras de alimentos en EUA tendran que adoptar un sistema de rastreo que pueda indentificar al agricultor, el cosechador, el envasador, el mayorista y el minorista - todo dentro de dos dias de reportarse un caso de intoxicacion alimenticia.
La tecnologia para hacerlo esta disponible. Los marbetes de RFID usados para rastrear contenedores y paletas se usan hace varios años. Lo atractivo de estos diminutos chips pasivos, que emiten una corriente de datos digitales solo cuando son energizados por un onda de radio, es que no es necesario ver un marbete para leerlo. 
Desafortunadamente, aunque el costo de las simples RFIDs es menor que $ 0.30/pieza, ellas aun son muy cara para marbetear una bolsa de lechuga o un puñado de uvas. Por el contrario, los codigos de barras impresos en los productos de supermercado cuestan menos de un centavo cada uno. La desventaja es que tienen que ser escaneados fisicamente por un dispositivo de lectura a la vista. Es tambien un poco dificil capturar los datos en el campo y pegar las etiquetas de codigo de barras en el vegetal, conforme se recolecta y envasa.
Administrar la base de datos de la cadena de suministro tampoco es una cosa trivial.
Ver mas informacion en el articulo original publicado por The Economist, siguiendo el enlace del titulo.

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