15 de noviembre de 2012

Mega lecciones nada gaseosas


La construcción de la que es hoy la planta más moderna de Sudamérica no sólo implicó tomar decisiones sobre dónde construirla y con qué tecnología implementarla, sino que derivó en un problema importante de recursos humanos: cómo contar con operarios si ninguno de los que trabajaban en las plantas de Sullana (Piura) y Mansiche (Trujillo) a consolidarse en la planta en Moche (Trujillo)- tenía las calificaciones adecuadas para trabajar con las nuevas maquinas.

Un poco de historia
Augusto Rey, director de desarrollo de infraestructura de Corporación Lindley, recuerda que cuando la entonces José R. Lindley compró a Embotelladora Latinoamericana (principal embotellador del sistema Coca-Cola en el país en ese entonces), se hizo de un conjunto de plantas a nivel nacional, algunas de las cuales resultaron ser redundantes con las que tenía previamente el comprador (que también embotellaba algunos productos de la transnacional).

Ante este problema, la corporación aprobó un Plan de Desarrollo Industrial que definió cuáles eran las plantas redundantes a futuro. Para el norte donde teníamos la plantas de Mansiche (en el centro de la ciudad de Trujillo) y la de Sullana, decidimos cerrar ambas y consolidarlas en una gran operación que pudiera atender todo el norte”, explica Rey, siendo ésta la mega planta de Moche.

Considerando el estado tecnológico de la industria de gaseosas en el mundo, la corporación decidió no trasladar ninguna de las maquinas y equipos a la nueva planta. “Lo que hemos adquirido es lo último”, señala el directivo. “Tenemos la planta más moderna de Sudamérica por lo concentración de máquinas nuevas en una sola instalación”, precisa Rey, quien reconoce que algunas embotelladoras del sistema Coca-Cola tienen algunas de sus máquinas, sin embargo, la planta de Moche es la única en la que toda la maquinaria es de última generación.

Como se recordará, Corporación Lindley invirtió US$125 millones de dólares en esta mega planta, la misma que incrementó en 150% la capacidad conjunta de las plantas de Moche y Sullana. En ese sentido, la planta tiene cinco líneas de embotellado para formatos de vidrio y plástico, de fabricación y tecnología europea, con una capacidad de producción de 200,000 botellas por hora. Otras características de esta nueva planta es que tiene un sistema de fabricación centralizado y computarizado que distribuye bebidas automáticamente a las líneas de envasado, permitiendo la elaboración de hasta cinco sabores en simultáneo. Asimismo, el uso de una avanzada tecnología de soplado de envases en línea, permite la fabricación y el llenado de las botellas en un solo proceso de producción.

Un problema muy humano 
“Cuando decidimos que la tecnología que íbamos a poner en esta nueva planta sería de última generación, vimos que el personal existente tanto en Mansiche como en Sullana no estaba a la altura de esta nueva tecnología”, rememora Rey.

Ante este problema, y con más de un año de anticipación, Corporación Lindley diseñó un plan obligatorio de capacitación para toda la gente por turnos y por prioridades en el Tecsup de Trujillo, al que llamaron SuperaTec.

Dado que las clases eran durante el horario de la jornada laboral, los operarios tuvieron que dejar de trabajar porlo que la corporación tuvo que contratar personal temporal para remplazar a los estudiantes. Al respecto, de la mano de las especificaciones que mandaron los fabricantes de las maquinarias y equipos, Tecsup Trujillo diseñó el plan de capacitación.Sólo los que aprobaron el curso con notas altas fueron trasladados a la nueva planta.

En el camino algunos operarios decidieron dejar de trabajar o no estudiar para lo cual la firma creó un paquete de incentivos para obtener sus renuncias voluntarias. Esto fue funcional pues el personal conjunto de ambas plantas excedía las necesidades de la nueva planta en Moche.

Cerca de completar el proceso de aprendizaje y de ajustes en la nueva planta, el directivo destaca que en el caso de estos proyectos es básico un buen planeamiento. “Si tengo un buen plan de acción y ejecución e incorporo a la gente al mismo, el resultado tiene mucho más posibilidad de éxito que si no lo hace”, destaca Rey. En caso contrario se puede terminar con un elefante blanco porque no hay quien la opere. “La inversión en infraestructura, en maquinaria y en el personal tiene que verse como un gran conjunto. Eso es absolutamente necesario”, aconseja.

“En este momento estamos terminando de afinar todos los formatos en todos los sabores y en todas las presentaciones en las líneas de producción”, precisa Rey, agregando que el personal sigue capacitándose en los ajustes y afinamientos a la maquinaria.

Además de aprender una nueva tecnología, los operarios han tenido que aprender nuevas formas de trabajo dado el grado de automatización total de la planta. En ese sentido, ellos han dejado de ser operarios que sólo apretaban botones en las máquinas que tenían a su cargo, a tener una visión de conjunto y estar alertas para corregir algo que se sale de los parámetros de producción. “Cuando hay que actuar porque algo falló, allí también hay una consideración diferente porque la tecnología que tienen que tocar es todo electrónica y muy diferente”, resalta Rey. En tanto se concluye el proceso de ajustes en las maquinarias, la planta de Moche alberga a personal de mantenimiento de los proveedores. En paralelo, la firma ha implementado un plan especial para los técnicos de mantenimiento que es más exhaustivo. Gracias a esos cursos, los técnicos ya están asumiendo su rol y están trabajando con la nueva maquinaria contando con el apoyo de dos técnicos de los proveedores.

Frente a estas necesidades de capacitación, Corporación Lindley sigue trabajando con Tecsup y con el Senati. Adicionalmente, el nuevo personal es evaluado con nuevos parámetros. “Buscamos gente con mecatrónica y que ya haya pasado por estos cursos de capacitación”, precisa el directivo.

Con respecto a las perspectivas de la planta, Rey señala que la mayor capacidad productiva servirá para abastecer tanto el mercado del norte como el de Lima.

Esto último sólo hasta el 2015 cuando la capital se abastezca de la mega planta que se está construyendo en Pucusana. En ese momento los lotes que se enviaban a Lima serán absorbidos por el norte, de acuerdo a las proyecciones de demanda que maneja la corporación. Según éstas, la planta de Moche necesitará ampliaciones de capacidad en el 2017, finaliza el directivo.

Fuente: Industria Peruana SNI
Edicion 873
Octubre 2012

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