13 de noviembre de 2016

¿Nos quedaremos sin trabajo por culpa de un robot?

Un estudio realizado por la ONU asegura que el incremento en el uso de esta tecnología pone en riesgo dos tercios de los puestos laborales en los países en desarrollo.

El incremento del uso de robots en las naciones ricas podría amenazar dos tercios de los puestos de trabajo en los países en desarrollo y facilitar una "relocalización” de fábricas a los países industrializados, según un informe de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).

"El aumento del uso de robots en los países desarrollados corre el riesgo de erosionar la tradicional ventaja de los países en desarrollo en materia de costos laborales”, explicita el documento titulado "Los robots y la industrialización en los países en desarrollo”, distribuido este martes (08.11.2016).

Los efectos del avance de la robótica en la fabricación podrían ser más "significativos” en los países en desarrollo porque afectarían a puestos de trabajo de baja cualificación, muchos de los cuales "ya han desaparecido” en los países desarrollados, agrega el texto, citando el Informe del Desarrollo de 2016 del Banco Mundial. Por otro lado, el avance de la robótica también es visto como "una oportunidad” para los países en desarrollo, ya que, por ejemplo, la combinación de las impresoras tridimensionales y el uso de robots podría facilitar la fabricación a gran escala en las pequeñas empresas.

Hay que tomar medidas
Los robots industriales se han desplegado principalmente en las industrias automovilística, eléctrica y electrónica, según la UNCTAD, lo que significa que "los países en desarrollo -como México y muchos países de Asia- que participan en actividades de exportación en estos dos sectores son los más expuestos a la relocalización”. El informe aconseja a estos países que impongan impuestos a los robots y eviten la creciente desigualdad -provocada por la pérdida de empleos poco cualificados- a través de prestaciones sociales.

No obstante, la UNCTAD insta a los países en vías de desarrollo a "aceptar la revolución digital” y a "construir mercados locales y regionales" para evitar la movilización de las plantas de producción a los países industrializados. El documento revela que la "relocalización” ocurre lentamente, aunque se limita a sectores como la industria eléctrica, electrónica y automovilística. "La deslocalización sigue teniendo lugar”, admiten, "los costes laborales siguen siendo un factor en la decisión de las empresas sobre dónde ubicar la producción, especialmente de bienes con alto contenido de mano de obra”.

El informe también indica que desde 2013, China ha comprado más robots industriales que cualquier otro país, y pronostica que a finales de 2016, es probable que supere a Japón como el mayor operador mundial de robots industriales. (EFE)

"Roboy", el más famoso
Este es el robot humanoide más famoso: Roboy. Mide 1,40 cm y pesa 30 kg y es invitado especial de la feria DWX Developer Week, en Núremberg. Su parecido a un ser humano es sorprendente, ya que tiene hasta músculos, puede dar la mano, hablar e incluso demostrar emociones.

Robots sensibles
Pero no solo en Núremberg hay robots humanoides. “Justin”, del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) ya hizo sus primeras experiencias en el cosmos. Su “padre” fue un brazo robot que trabajó durante cinco años en la estación espacial ISS. Además, es capaz de realizar actividades simples, como limpiar ventanas.
"Su pedido, por favor"
En cuanto a artefactos tecnológicos, China va casi siempre a la cabeza. Aunque no siempre se trate de objetos útiles, por lo general, presenta inventos originales. Estos robots, por ejemplo, se encargan de recibir los pedidos de los clientes.

Robots escribientes
Un escribiente profesional necesita un año para escribir un rollo de la Torá. El robot "bios [torah]” lo hace en solo diez semanas. Armado de tinta y pluma es capaz de dibujar a la velocidad de la mano humana en total 304.805 letras hebreas sobre un rollo de papel de 80 metros de largo.

"Su pedido, por favor"
En cuanto a artefactos tecnológicos, China va casi siempre a la cabeza. Aunque no siempre se trate de objetos útiles, por lo general, presenta inventos originales. Estos robots, por ejemplo, se encargan de recibir los pedidos de los clientes.
"¡La comida está lista!"
Por supuesto, los pequeños humanoides logran llevar un menú completo a la mesa sin dificultades. Una ventaja es que nunca se cansan ni se quejan, solo hacen su trabajo. Por algo son robots, y no seres humanos. Además, habría que ver cómo se las arreglan con las quejas de los clientes.
Robot chef
Pero los robots no solo cumplen con tareas en el área de servicios, sino también en la cocina, aunque allí sus actividades se limitan a calentar comidas hechas. La preparación de los platos sigue estando a cargo de sus colegas humanos.
Más máquina que robot
No todos los robots que trabajan en restaurantes se ven tan humanos como algunos ejemplares en esta galería de fotos. Este, por ejemplo, sirve para determinados fines y no necesita cabeza, ni brazos ni piernas. Dado que no trabaja en contacto con el público, esos aspectos son secundarios.
Robots para entretenimiento
En este Restaurante Robot en Shangái los robots sirven para el entretenimiento de los huéspedes. Y parece que el espectáculo que ofrecen tiene éxito. Al menos, los comentarios en internet lo confirman, poniendo a la comida en segundo lugar.
Deutsche Welle
08 Noviembre 2016

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