23 de septiembre de 2019

Reinventando Los Plasticos - Introduccion

Los plásticos son el héroe de ayer y el villano de hoy, su caída en desgracia precipitada por su éxito. Al igual que con muchos materiales, los plásticos eran perfectamente aceptables siempre que su uso fuera marginal. Pero ahora que los plásticos han conquistado el planeta, su uso se ha convertido en un problema. Después del cemento y el acero, los plásticos son el tercer material más fabricado en el mundo. Y la producción de plásticos seguirá creciendo en las próximas décadas, impulsada por la demanda de las economías emergentes y desarrolladas por igual.

Estas son malas noticias para el medio ambiente, a menos que encontremos formas de mejorar la gestión de los plásticos al final de su vida útil, que generan grandes volúmenes de desechos que se degradan muy lentamente en la naturaleza. Símbolo de la modernidad, los plásticos se han convertido en bombas de tiempo que amenazan la salud humana y ambiental. Un factor importante es la paradoja del ciclo de vida de los plásticos: diseñados para durar mucho tiempo pero usados solo brevemente, casi la mitad de todos los plásticos se convierten en envases que se desechan casi inmediatamente después de la compra del producto.

Los plásticos nos rodean: en juguetes, electrodomésticos, equipos deportivos, suministros para el aula, equipos médicos, así como en todos los botes de basura, cada espacio al aire libre y cada mar y océano. El desafío es cómo eliminar el flagelo de los plásticos de la economía y el medio ambiente. No podemos prescindir completamente de los plásticos, pero podemos restringir su uso a aplicaciones vitales para las que no existe un sustituto. Muchos países ya están implementando legislación para restringir el uso de plásticos de un solo uso.

El ciclo de vida del plástico es paradójico. Los plásticos están diseñados para durar pero se usan solo brevemente.

Pero la solución real reside en la economía circular, que convierte los desechos en un recurso valioso. A pesar de la omnipresencia de los plásticos, muy pocos plásticos se reciclan. A nivel mundial, no más del 9% de los plásticos se reciclan; en comparación con el 80% de los metales ferrosos, el 60% del papel y el 50% del vidrio que se reciclan. Y, sin embargo, los beneficios potenciales del reciclaje son inmensos: se reduce el desperdicio de materias primas, la sobreexplotación de la naturaleza y la contaminación ambiental, así como se limita el calentamiento global. Esto se debe a que el reciclaje de plásticos puede reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, con cinco barriles de petróleo ahorrados por cada tonelada métrica de plástico reciclado.

Lo que plantea las preguntas obvias: ¿por qué los plásticos son tan poco reciclados, por qué tantos plásticos terminan en la naturaleza? Las respuestas: falta de infraestructura para recolectar y procesar plásticos, particularmente en las economías en desarrollo; limitaciones de las tecnologías actuales; renuencia de los consumidores a usar plásticos reciclados, especialmente cuando se usan en la industria alimenticia; el suministro de petróleo crudo barato, lo que hace que sea más barato fabricar plásticos que reciclarlos; y la dificultad de satisfacer las demandas de los consumidores en términos de calidad, disponibilidad y precio. Todo esto significa que el reciclaje no puede progresar a menos que encontremos formas de ampliar la recolección y el reprocesamiento de plásticos para compensar el alto costo de las instalaciones de reciclaje, junto con mecanismos regulatorios o financieros para incentivar a los fabricantes a usar resinas regeneradas.

El reciclaje también requiere un diseño ecológico adecuado, ya que los productos solo pueden reciclarse si están diseñados para ser reciclables. La pura creatividad de la industria del plástico no ayuda a este objetivo: los plásticos se forman a partir de una amplia variedad de resinas, aditivos y mezclas para una lista aparentemente ilimitada de usos, todo lo cual hace que el reciclaje sea un asunto complicado. Esto significa que mientras el diseño ecológico siga siendo voluntario, muchos plásticos no pueden reciclarse de manera rentable.

Combatir esta contaminación del siglo XXI requerirá un cambio de paradigma importante. En el pasado, los plásticos estaban hechos para durar -en el futuro, necesitamos polímeros que se biodegraden rápidamente o que puedan reciclarse. Al examinar todo el ciclo de vida de los plásticos podemos extender su utilidad como un recurso y reducir el tiempo que pasan como desperdicio.

Por lo tanto, actuando hacia atrás y en tierra, podemos conquistar la super abundancia de plásticos que afectan las vías fluviales y los océanos del planeta. La tarea es titánica, pero se puede lograr a largo plazo, ya que solo 10 ríos representan el 90% de los desechos plásticos que ingresan a los océanos del mundo.

Se puede hacer un punto final al considerar la turbulenta historia de este material, el cual representa una de las principales revoluciones industriales del siglo XX. Si la gente dejara de tirar los plásticos como basura, los plásticos no llegarían al mar. La contaminación plástica es también una consecuencia de nuestro comportamiento como individuos. Ya sea a través de nuestras acciones o iniciativas cotidianas dirigidas por organizaciones sin fines de lucro y comerciales, todos debemos desempeñar nuestro papel en desplastificar nuestras vidas.

Referencias

Referencia Bibliográfica
David Ojcius and Nicolas Renard, « Introduction », Field Actions Science Reports, Special Issue 19 | 2019, 3.

Referencia Electrónica
David Ojcius and Nicolas Renard, « Introduction », Field Actions Science Reports [Online], Special Issue 19 | 2019, Online since 01 March 2019, connection on 23 September 2019. URL : http://journals.openedition.org/factsreports/5031

Autores
David Ojcius - Professor, University of the Pacific
Nicolas Renard - Director of Foresight, Veolia Institute

Institut Veolia
Special Issue 19, 2019

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