23 de diciembre de 2016

Como es que el embalaje de alimentos es bueno para el medio ambiente.

The Economist explica

Al extender la vida de los productos, especialmente la carne, el embalaje puede ayudar a reducir las emisiones


Los Supermercados animan a los consumidores a comprar productos a través de diseños inteligentes y promociones ingeniosas. El embalaje presenta los artículos de una manera atractiva. También los mantiene limpios y seguros para comer. Los ecologistas se resisten a los plátanos envueltos en plástico. Pero algunas formas de embalaje, especialmente para la carne, pueden ser una bendición ambiental. Un tercio de los alimentos nunca llega al plato según la ONU, costando miles de millones de dólares cada año. En conjunto, las emisiones de gases de efecto invernadero de los desechos de alimentos son más altas que las de la India, Brasil o Arabia Saudita, porque eliminar los artículos significa que el agua, el combustible, los fertilizantes y otros insumos que entraron en ellos se desperdiciaron también. Dichos daños para el planeta pueden reducirse si la longitud de tiempo que el alimento permanece en los estantes o en los frigoríficos se puede extender. El embalaje es parte de esa estrategia. ¿Cómo?

La carne proporciona el 17% de la ingesta calórica global, pero es costosa tanto en efectivo como en recursos, requiriendo una cantidad desproporcionada de agua y pienso. Y más tierra se entrega a los animales de pastoreo que para cualquier otro propósito. En general, el sector pecuario representa tanta cantidad de contaminación como la que generan todos los vehículos del mundo. El ganado rumiante, como vacas y ovejas, tiene estómagos que contienen bacterias capaces de digerir plantas resistentes y ricas en celulosa. Pero a lo largo del camino, también se eructan grandes volúmenes de metano - un gas de efecto invernadero veinte veces más potente que el dióxido de carbono en el lapso de un siglo.

Envolver la carne en embalaje al vacío impide la oxidación, extendiendo su vida útil. Permite que la carne roja permanezca en estantes de entre cinco y ocho días, en lugar de dos a cuatro cuando es simplemente envuelta en una bandeja de poliestireno o cubierta detrás de un mostrador. Esto complace las grandes cadenas de supermercados, las cuales pueden ahorrar miles de dólares a la semana si menos carne tiene que rematada o tirada. También deleita a los aspirantes a chefs, ya que la carne envasada al vacío es más tierna.

Sin embargo, existe una compensación ambiental. El embalaje requiere recursos para producirlo. Pero las emisiones para crearlo son menores que las asociadas con los residuos de alimentos. Según estimaciones, por cada tonelada de embalaje, se libera el equivalente de entre una y dos toneladas de dióxido de carbono. Por cada tonelada de alimentos desperdiciados, se emite el equivalente a más de tres toneladas de dióxido de carbono. Así, mientras que los supermercados solían enfocarse en reducir la cantidad de empaques que usan, muchos ahora consideran extender la vida útil como la consideración ambiental más importante. Dado que el consumo de carne crecerá un 75% para mediados del siglo, el envasado al vacío ofrece una forma importante de aumentar la eficiencia de los recursos y el acceso a una importante fuente de proteínas.

M.S.L.J.
The Economist
21 Diciembre 2016,

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