22 de junio de 2012

Es hora de que las empresas tomen la delantera sobre el Medio Ambiente

No te quejes, haz algo!


AFP
Ha llegado el momento de que las empresas tomen el relevo de los dirigentes políticos cuando se trata del medio ambiente.
Los intentos intergubernamentales de protección del medio ambiente han fallado. Es hora de que los ambientalistas reconozcan ese hecho y miren a la industria. La "Economía Verde" se ha convertido en el nuevo lema de la Cumbre de Río. Pero, pueden realmente Starbucks, Shell y Nestlé salvar el planeta?

Era predecible. La Cumbre medio ambiental de Río +20 parecía un fracaso incluso antes de que realmente comenzara. En la noche del martes, las delegaciones de los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron durante las negociaciones preparatorias de Río +20adoptar una declaración final que no vale ni el papel en que se imprime.

Más de 100 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la montaña Pan de Azúcar para aburrirnos con sus secas declaraciones de intención y esteriles debates. Ellos hablaron y hablaron, y al final nos defraudaran sin ningúna salida. Y eso no es necesariamente una cosa mala.

Los intentos gubernamentales de medio ambiente y la protección del clima han fracasado espectacularmente. Sería irresponsable de continuar dependiendo de los líderes políticos. El reconocimiento de ese hecho debe ser visto como una oportunidad para seguir un camino diferente. Veinte años después de la Cumbre de la Tierra por primera vez en Río de Janeiro en 1992, casi ninguno de los problemas abordados entonces han sido resueltos. Ahora, sólo un pacto con el diablo los podria ayudar. La "economía verde" estará en el centro de los debates celebrados en Río de Janeiro, el nuevo eslogan de la conciencia medioambiental en todas partes. La economía, segun la nueva teoría, debería entrar donde la política ha fracasado.

"El sector privado tiene la capacidad de cambiar las cosas desde abajo. Tienen no solo los medios, sino también el interés en hacerlo", dice Carlos Manuel Rodríguez, de la organización ambientalista Conservación Internacional. Aquellos preocupados por el futuro del mundo, en otras palabras, haría bien en acudir a Nestlé, Shell o Starbucks.

Asignar un valor a los arrecifes de coral
Un pacto con los negocios requiere sacrificios, y los ambientalistas deben deshacerse de una parte de su lastre ideológico. Los empresarios, por el contrario, deben entender que los crecientes precios de las acciones no pueden perseguirse a expensas de la naturaleza y la sociedad. Para que eso suceda, los ambientalistas y los empresarios deben ponerse de acuerdo sobre un lenguaje común.

Este intento se hará. Se trata de cuantificar los "servicios de los ecosistemas", explica Pavan Sukhdev, un visionario de la Eco-economía. ¿Cuánto realmente se daña el medio ambiente y la calidad de vida, cuando un teléfono celular o una camiseta se vende? Pioneros como Sukhdev creen que es cuantificable. Sus modelos de cálculo ya están siendo utilizados.

Apenas el mes pasado, 10 países africanos firmaron la Declaración de Gaborone, ellos se compromenten a que, en el futuro, el valor económico de sus bosques, los arrecifes de coral o sabanas seran integrados "en la contabilidad nacional y la planificación empresarial y los procesos de información, políticas y programas."

El Puma se abalanza
¿Cómo esto funciona en la práctica fue demostrado el año pasado por el fabricante alemán de ropa deportiva Puma, una de las primeras compañías en incorporar este tipo de modelo contable. Puma presentó un "Estado de Ganancias y Perdidas Ambiental", que coloca el valor de la empresa y el impacto de sus proveedores sobre el medio ambiente - tales como el uso de la tierra, la contaminación del aire y el consumo de agua - en € 145 millones para el año 2010.

Tener un número hace que sea más fácil para que la empresa hacer los cambios necesarios. "Sólo ahora, sabemos realmente donde estamos teniendo un impacto", dice el presidente ejecutivo Jochen Zeitz. Ahora, el puede reducir la huella medioambiental de su empresa mediante el uso de materiales alternativos o cambiando proveedores. Los ecologistas deben apoyar este trabajo pionero. Las asociaciones con los negocios son inevitables.

En el fondo, después de todo, la conferencia en Río de Janeiro se trata de la definición de la prosperidad. Durante décadas, la prosperidad se ha medido sobre la base de datos macroeconómicos, como el producto interno bruto de un país, por ejemplo. Parte de estos cálculos es la suposición de que los recursos son ilimitados. La inclusión del capital social , intelectual y más que nada, medio ambiental de un país faltaba desde hace mucho tiempo.

El Movimiento Ocupa, muestra que los consumidores están insatisfechos con la forma en que el mundo hace negocios. Con el fin de convertir este malestar en energía positiva, la psicología de la desesperanza deberia reemplazarse con la psicología de la viabilidad. Como tal, el hecho de que la canciller Angela Merkel no viajara a Río de Janeiro es aún más decepcionante. A pesar del farfulleo de ida y vuelta, Alemania es un buen ejemplo a nivel internacional. Merkel podría enviar una señal.

Un acto de equilibrio
Los gerentes de las empresas con un poco de previsión siempre han sabido que sin un medio ambiente intacto, ellos pueden cerrar sus puertas en 20 años. "Ellos serán los que tratarán de empujar a la sociedad civil y los reguladores para que realmente encuentren soluciones sensatas y regulaciones inteligentes", dice Gerard Bos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La industria tiene que ser capaz de planificar el futuro, y es un momento oportuno para asegurar el acceso permanente a los recursos en el largo plazo. A diferencia de los políticos, quienes generalmente estan centrados en su próxima campaña de reelección, a menudo son las empresas privadas las que se miran mas alla en el futuro, una necesidad de salvar el medio ambiente y el clima.

Ciertamente, sigue siendo un acto de equilibrio. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha sido recientemente criticado por proximidad a la industria. Y podría ser que el WWF ha excedido su cooperación con el mundo de los negocios. Pero hay muchos ejemplos de colaboración fructífera.

La UICN, por ejemplo, está en conversaciones con la empresa Holcim, uno de los mayores fabricantes de cemento en el mundo. Holcim está tratando de aumentar la compatibilidad ambiental de sus minas. La empresa esta haciéndolo para su propio beneficio. Si esta puede demostrar que está funcionando de una manera sostenible, que hará que sea más fácil conseguir los permisos necesarios. Pero también significa que los ecologistas, por menos, pongan un pie en la puerta.

"No te quejes! ¡Haz algo! "
La UICN también está trabajando con la compañía Nestlé Nespresso para encontrar maneras de hacer su embalaje más reciclable. Nestlé vende café en mini porciones, que se envasan en aluminio, un material que necesita una gran cantidad de energía para producirse. Tal colaboración es suficiente para que poner furiosos alos ambientalistas tradicionales, ellos inmediatamente gritan "simulación ambiental". Pero, ¿realmente tenemos tiempo para cuestionar los motivos de una empresa?

Tan pronto como hay éxitos, los fines justifican los medios. "No te quejes! Haz algo!" a uno le gustaría gritar a los ambientalistas en los países industrializados, en particular. Su persistencia en el período previo a la Cumbre de Río era insoportable y no va a salvar ningún bosque de ser cortado o cualquier especie del peligro de extinción.

Los ecologistas deben entender que 7,000 millones de personas no pueden sobrevivir con el turismo de ballenas y tomates orgánicos solamente. La sostenibilidad no debe permanecer como un concepto de lujo, ni debe ser visto como el dominio de los amantes de los árboles y los ecologistas de las ciudades grandes. La Cumbre de Río +20 debe "desambientalizar" el enfoque mundial de la sostenibilidad para que pueda ir más allá de los conversos, dice André Corrêa do Lago, jefe de la delegación brasileña a la Conferencia Río +20.

El concepto de una "economía verde" no es una panacea. Pero es un enfoque que parece realista, y solo eso es valioso.

Patagonia,  la empresa norteamericana de ropa al aire libre, compró un anuncio a toda página en el New York Times en noviembre pasado. "No compre esta chaqueta", decía el anuncio, por encima de una foto de una chaqueta de Patagonia. En la letra pequeña, la compañía explicó el impacto medioambiental de la fabricación de la chaqueta y alentó a la gente a comprar de segunda mano o al menos no botar las chaquetas usadas a la basura, sino devolverlas a la empresa para su reciclaje.

Se podría, por supuesto, ver el anuncio como un pérfido truco de marketing diseñado específicamente para los consumidores con conciencia ambiental, a los que la empresa apunta. O también se podría decir: Gracias por la explicación, y por el intento de hacer el mundo más sostenible.


Philip Bethge - Spiegel Online
21 Junio 2012

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